Arquitectura Cristiana
Tras la legalización de la religio christiana en 313 (Edicto de Milán), la Iglesia adquirió pleno derecho a la hora de erigir edificios cultuales diseñados para dicho fin.
Dado que Córdoba fue sede episcopal desde, al menos, finales del siglo III, la ciudad contó con un complejo episcopal integrado, como mínimo, por una iglesia catedral, un baptisterio y la residencia del obispo. En el estado actual de la investigación, el grueso de la comunidad científica considera que la iglesia principal (dedicada a San Vicente) se situó en el extremo meridional de la ciudad desde finales del siglo IV-inicios del V, o incluso antes. La limitada información arqueológica sobre el centro de poder religioso de Córdoba para los siglos IV-V, contrasta con la documentación relativa a los siglos VI-VII, cuando pudo ocupar unas dos hectáreas de extensión. Las excavaciones llevadas a cabo tanto bajo la actual Mezquita-Catedral, como inmediatamente al sur de dicho punto, han sacado a la luz varios edificios monumentales de los siglos VI-VII cuya funcionalidad exacta no siempre ha podido ser determinada.
Aun cuando el resto de la superficie intramuros debió de acoger otros inmuebles cultuales, por el momento no contamos con ninguna construcción que se pueda interpretar con seguridad como una iglesia.
En cuanto al espacio extramuros, gracias a las fuentes tardoantiguas y mozárabes sabemos de la existencia de tres basílicas (dedicadas a San Acisclo, San Zoilo y los Tres Coronas) cuya ubicación exacta no se ha podido determinar con exactitud. Hasta la fecha, el único conjunto cultual suburbano conocido con seguridad es el de Cercadilla, de donde proceden varios testimonios materiales que reflejan su uso sacro en los siglos VI-VII. Más polémicas son otras estructuras exhumadas en puntos como la zona de “Cortijo de Chinales” (Ciudad Jardín), o el antiguo anfiteatro, puesto que su funcionalidad religiosa no ha podido ser totalmente corroborada.
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